jueves, 26 de enero de 2012

Rugby (L


Estoy cansada de escuchar que el rugby es un deporte de bestias, juego sucio, peleas, gente mala, mal educados o simplemente gente que le gusta zurrar. O que sólo enseña a como ser más agresivos...
Pues a esas gente quiero decirles que a mí... 
El rugby me ha enseñado que el amor verdadero se encuentra en las cosas donde pones valor y esfuerzo. 

Que llorar es de cobardes si no es de alegría.

Que cada golpe es una oportunidad más de avanzar hacia tu destino.

Que el balón es tu vida y no debes dejarla escapar nunca.

Que la magia no sale de la nada, sale del jugador que lucha.

Que la amistad revasa el límite entre gente honesta y emprendedora.

Que la peor decisión que se puede cometer es no tomar ninguna.

Que el calor de tu equipo no lo aporta ninguna estufa.

Que las sonrisas y palabras sinceras brillan en los ojos del emisor.

Que después de caerte y recibir un golpe tienes que levantarte sin más.

Que los individualismos no valen nada si no tienes el apoyo de tus compañeros detrás.

Que el dolor y sufrimiento agotan pero tienes seguridad para salir adelante.

Y pensar que a mí el rugby hace algunos meses no me aportaba nada...
Hoy sé que me hubiese perdido demasiadas cosas buenas si el destino no me hubiese puesto aquí.

Hoy, yo me considero jugadora de rugby de corazón...

Razonamiento.


Dejemos escapar el tiempo, el dolor y la pena. 
Dejemos que la sangre siga corriendo por nuestras venas y que nuestro pulso jamás se pare.
Intentemos que no haya más dolor que nos atormente, que cada día sea un recuerdo bello del anterior. No siempre se gana, pero tampoco siempre se pierde.

Cambiar nuestro mundo puede ser lo mejor, aceptar las cosas y abrir los ojos en cada paso que demos será eternamente lo correcto. No dejarnos engañar por las falsas apariencias, ni creernos todo lo que diga el ser humano. 
A veces debemos de dudar de aquello que conocemos para adentrarnos en lo desconocido.

Lo único que de verdad conozco son mis ideas, por que todo lo demás es inestable y por defecto imperfecto.

martes, 10 de enero de 2012

Jericó y tú.


Jericó estaba rodeada por una muralla de ladrillo doble, con un muro exterior de dos metros de espesor, un espacio de 4.5 metros vacío alrededor y un muro interior de cuatro metros. Su altura, en la época, era de nueve metros. La casa de Rahab (Josué 2:15) se encontraba en el espacio vacío de las dos murallas.

Mi corazón al igual que Jericó está rodeado por una muralla de ladrillo doble, con un muro exterior de dos metros de ancho, un espacio ocupado por tu recuerdo y mi nostalgia de aproximadamente cuatro metros y medio de vacío alrededor. Un gran muro interior de cuatro metros de altura. Escondido allí vivías tú, ocupando cada centímetro con tu aroma y con tus palabras. Esa era tu casa donde habitabas constantemente, tu nombre jamás será descifrado.. porque nadie podría llegar a entender el espacio vacío de nuestras dos murallas.





Porque a veces la caída es necesaria para poder volvernos a levantar con más fuerza.


San nicolás y tú.

Ahora me encuentro, en uno de los sitios más bonitos de Granada.
Gritando en silencio, no quiero romper su calma.

Callando lo evidente, llorando lo imperfecto y perfecto de lo nuestro.
Amando cada recorrido que hacen mis ojos. Amando cada suspiro que sale de mi boca. Amando al ver como una pareja de pinos empujados por el viento intentan juntarse.
Están lejos... pero se huelen, se sienten y en algunos momentos mis pupilas han visto como incluso se tocan.

Veo la luz de sirena de un camión de la basura, y... ¿Sabes qué?, si obvias por un momento el hedor, puedes comprobar como sus anaranjadas luces proyectadas en una pared blanca, también pueden ser hermosas.

Confío en que las hojas vayan cayendo. Porque así, la brisa podría cogerlas despacio y bailar con ellas. Porque así, comienza otro ciclo... olvidando el verano y esperando  la PRIMAVERA perfecta.



PD:  moviendo el mundo hacía la búsqueda de nuestra felicidad.